
Ir a ver un espectáculo del
Cirque du Soleil es maravilloso.
No voy a entrar en detalles sobre los actos y las atracciones, pero si quisiera decir que lo que me impresionó y realmente hizo que mi entrada valiera lo que sale, fue la calidad y el cuidado puesto en todos los detalles.
A ver si me explico. Últimamente, tengo esa sensación de que todo lo que me rodea es de "baratillo", como se dice acá, o de "todo por 2 pesos" como se dice allá. Las cosas se hacen a medias, se pichulea, se gasta menos porque da igual o eso es lo que creen. Las casas se construyen con materiales penosos y paredes de papel y se venden como "pisos de lujo". Los coches son de lata, los ordenadores se queman a la primera de cambio, la comida es rápida, la ropa se te abre por las costuras a pesar de que compraste tres talles más porque ya sabés que al primer lavado encoje, todo parece agrietarse y perder valor apenas le cae un poco de agua. Todo parece de papel pintado.
Y la verdad es que para mi, no da igual. Porque cuando los detalles están cuidados, cuando todo está pensado, cuando veo que alguien se tomo el trabajo de pensar y luego hacer, siento que me lo hacen a mi. Que alguien se preocupó porque yo disfrute, que alguien me quiere porque piensa en mi y me da lo mejor de si, que alguien de verdad entrega todo lo que tiene, sabe y siente, para hacer felices a un montón de personas sin "engañapichangas", sin subestimarlos, sin que de igual. Porque es evidente que no todo lo que brilla es oro, pero el oro brilla seguro. Y se nota.
El Circo del Sol es eso, un espectáculo hecho por gente que se y me respeta. Y para los tiempos que corren eso ya es mucho.
Y lo disfruté tanto que ya se imaginarán lo que tengo ganas de hacer...