Si yo pudiera
Estoy leyendo (ooootra vez) 'Las Ciudades Invisibles' de Italo Calvino, libro que me recomendara hace tantos años el profe, cuyo autor se ha enriquecido gracias a que Vicky, la Santu y yo lo hemos comprado en numerosas oportunidades (para regalar, para compartir, yo misma dos veces porque 'lo perdí').
Se trata de uno de esos libro que han dejado huella y al que siempre me encanta volver (tengo una compulsión por releer libros cada cierto número de meses, me gusta volver a lugares conocidos y siempre consecuencia de cierta mala memoria me resultan nuevos cada vez). Pero éste en especial me mató cuando llegué al final, porque cierra con algo que no recordaba pero siempre he sabido (si me entienden). Acá va:
' El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.
Este final, que propone dos bandos (todos saben a cual suscriben ¿o me equivoco?), es el tipo de final que hacen que cualquier libro que lo incluya, sin importar las quichicientas páginas anteriores, valga la pena.
Se trata de uno de esos libro que han dejado huella y al que siempre me encanta volver (tengo una compulsión por releer libros cada cierto número de meses, me gusta volver a lugares conocidos y siempre consecuencia de cierta mala memoria me resultan nuevos cada vez). Pero éste en especial me mató cuando llegué al final, porque cierra con algo que no recordaba pero siempre he sabido (si me entienden). Acá va:
' El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.
Este final, que propone dos bandos (todos saben a cual suscriben ¿o me equivoco?), es el tipo de final que hacen que cualquier libro que lo incluya, sin importar las quichicientas páginas anteriores, valga la pena.
12 comentarios
juglar103 -
http://www.infoaragon.net/servicios/blogs/juglar103/index.php?idarticulo=200404091
juglar103 -
dosdedos -
Vos si que sos fueguito sin ser infierno... y haciendo honor al siguiente post, me juego a que habrás sido medio Mafalda...
Gracias por seguir comentando.
Un beso y tres abrazos
Rosario -
Toy media lerda para comentar, pero quería contarte que he leído este libro y hasta me anime a hacer algo de teatro con sus textos...también me acuerdo tu recomendación de leerlo en una de tus clases de tipografía...
Con respecto al infierno de los vivos, y a seguir buscando...no te gastes...simplemente hay que levantarse y ser "uno mismo", "ser lo que uno es", sin tener la cabeza atenta (más vale el corazón para estos casos) o andar buscando por ahí, porque "Dios nos cría y el viento nos amontona"...
Y así solitos, casi sin darnos cuenta, nos vamos encontrando con otros "fueguitos" los de Galeano (por ej)... esos que brillan "tanto", que hacen que el infierno de todos los días sea soportable..depende el bando..( suscripción que hay que renovar a diario)
Besos
Gance -
juglar103 -
dosdedos -
No sabés cuánto me alegra que vengas... ya no me queda paciencia.
Vicky -
dosdedos -
Los extraño...
Mi estimado peorsordo: no he leido mucho más de Italo Calvino... pero evidentemente, esté será el inicio de venturosos días de lectura, espero.
bloguito -
Hace tiempo que trato de reconciliarme con Calvino, y a pesar de tenerlo como material "imprescindible" en mis clases de CV, no logro leerlo como antes... sin "fantasmas" entre él y yo.
Cosas del infierno...
Hoy, vos y tu post me hicieron sentir a Calvino otra vez mas cerca.
Gracias!
Arturo -
Que pedazo de post!
Y si... me has hecho acordar que yo te arrimé el bochín con ese libro de Calvino. Sin pensar que años después, miles de kilómetros mediante, me lo traerías como un recuerdo viviente.
Por suerte, vos y yo sabemos quién, -en medio del infierno- no es infierno. Y nos reconocemos al mirarnos.
Te beso, beso, beso.
elpeorsordo -